Atrapado!!!

¿Cómo demonios había llegado a quedar atrapado allí? No lo podían retener en el aula de castigo, siempre tendía a escaparse. No es que por ello se sintiera un rebelde, simplemente necesitaba aire y en aquellas aulas le faltaba a montones.

Así pues le habían quitado la varita y lo habían atado con unas esposas muggles a lo que parecía ser una tubería o algo.

El chico mientras cantaba distraído un clásico intentaba escapar, tirando de su brazo, utilizando un pie como palanca.

- Every little thing, is gonna be allright.

¿Qué hacia en planta baja? Pues nada,simplemente paseaba,viendo a quien podria molestar,jugando con la varita entre sus dedos.

Iba por el pasillo,tarareando,cuando escuchó una desafinada voz,bastante concida.Se paró,y miró hacia ambos lados,buscando el lugar de donde prosedia el sonido-Eph?-llamó,con voz canturrina e infantil.

Vió como uno de primero la miraba con cara de loco- y tu que me ves eh?-enarca una ceja,como ahuyentandolo.Bueno,tenia much para ver de su esbelto cuerpo,pero era demasiado chico para tener las hormonas tan alborotadas-Ephraim!-llama de nuevo,perdiendo su poca paciencia.

- The way you make me fe-eeeeel.- desafinaba él mientras intentaba deshacerse de aquellas esposas como podía. Miró de un lado al otro, su varita descansaba dentró de un maldito cajón cerrado con llave, así no podía salir de allí.

Escucha una voz familiar y agradece a Dios si es que existe. - Aaaaail, en el cuarto este del tipo que tiene las llaves y limpiaaa.- le dice, algo inculto, no le salía la palabra. - Estoy más que atrapado.- añade, pidiendo que lo rescate de allí.

Tira de nuevo con ambos piés intentando separar su cuerpo de su brazo, hasta que termina por caer al suelo por la maldita gravedad. - You really turn me oon.

Escucha y voltea,abriendo la puerta con rapidez.Le mira y no peude más que reir con ganas-Vaya,esta vez te han dejado indefenso,verdad?-niega con la cabeza, a diferencia de el,ella jamás terminaba en detención,por ser la niña 'buena' y sobre todo bonita.

Mira por el pasillo que no haya nadie,cuidando de que no los descubran.Lo ayuda a levantarse,tomandolo por los hombros.Cierra la puerta,quedando justo frente a el-y bien? donde estan las llaves y tu varita?-pregunta,mirandole,aun sosnteniendole por los hombros.

- Disculpe señorita "no me meto en problemas".- dijo algo enfadado, simplemente necesitado de aire libre YA. - Las llaves las tendrá el tipo de este despacho, o eso creo.- comentó pensativo, sólo sabía que las llaves de aquellas esposas no estaban por allí.

- Mi varita está bien sujeta de momento.- bromea con diversión, sonriendo con tremendamente bondad. - Ahh, te refieres a la otra...- dice actor por sí. - Está en la maldita taquilla aquella.- señala con su cabeza, evidentemente no puede utilizar las manos.

- I've never been so in loove before...- continúa cantando desafinado, esperando que su amiga lo ayude a salir de aquello. De todas maneras no se da por vencido y tira con todas sus fuerzas de las malditas esposas, queriendo escapar.

Te he dicho que te calles y quedate quieto!!-aquel lugar no era lo demasiado grande para que hiciese tanto alboroto.Pasó por debajo de su brazo para ir hacia la caja.Movió la varita que tenia en la mano par abrir la cajita.

Se la guardó en el escote de la camisa,algo abierta que llevaba puesta.Volvió a mover las varitas para desatar a su amigo, y cuando lo consiguió,sonrió con suficiencia-Ya me debes otra,Ephraim..-sonrie de lado sin poder evitarlo,dejando que una sonrisa ladeada escape.

Da un suspiro tranquilo y feliz cuando por fin es liberado, acariciándose las pequeñas marcas que le habían dejado las malditas esposas, quizás las robaba para hacer el imbécil un rato con ellas. Si, ya le debía unas cuantas.

- Cada vez me encierran en lugares más pequeños, recónditos y oscuros...- comentó más para sí que para ella, la tenían tomada con él, no había duda alguna.

- Dame mi varita.- le pidió, extendiendo la mano.

Abrió la puerta para salir de alli,comenzaba a hacerle calor.La proxima vez,seguro podia buscarlo en el escobero.
Le miró y soltó una risita traviesa cuando el le pidió la varita-creia que la tenias bien sujeta-jode,retrocediendo hacia el pasillo.
Sonrie amplaiemente cuando una profesor pasa,distraido con el escote como para mirar a Eph libre.
Ser mujer tenia sus ventajas sin duda alguna, y ella sabia aprovecharlas.

- Aiiil...- reprocha siguiéndola con tranquilidad. - Daame la varita.- le pide, caminando por el pasillo y sorteando al profesor que lo había castigado que se había quedado embobado con el escote de su amiga.

- Deberías controlar más tus dotes Ail... no quiero morir ahogado en baba.- le dijo con diversión, observando al profesor que todavía seguía babeando. De tener su varita cerca lo habría freído entero, quizás por celos, quizás por simple venganza. - y si caminas hacia atrás acabarás cayéndote.- le informa, sonriendo.

Tu no dejarias que eso pasara..y en cuanto a mis dotes,no seas envidioso..puedo hacerte crecer unas si quieres-rie entredientes,mirandose el escote de nuevo,y la varita bien guardada alli.

Retrocede hasta chocar su espalda contra la pared,mirandolo desafiantemente.

No puede evitar reir ante aquel comentario, se le hacía muy gracioso. Finalmente consigue acorralarla, con una sonrisa tranquila en sus labios.

- Dame, mi varita.- repite cada palabra con lentitud, haciendo énfasis en ellas. Extiende su mano, ya a escasos centimetros de ella. - La quiero ahora.- le dice, autoritario en sí, intentando que no se le escape una tonta risa.

No te la daré-insiste,tercamente.Cruza sus brzos por ensima de su pecho,como protegiendo ese valioso tesoro escondido.No peude dejar de sonreir,es una jodida y lo sabe.

- Lovecraft, sabes que si no te ofreces a devolvérmela la encuentro yo mismo.- le informa fulminándola con la mirada, divertido, todavía con aquella sonrisa tan malvada en su cara.

- O quieres que continúe desafinando como una gata vieja en celo...- le dice, riendo levemente.

Tu te lo ganaste-murmura entredientes,fulminandolo con la mirada.-Levicorpus!-dice,apuntando hacia el.rie,malvada.

-Ail!- la llama flotando inerte en aquel lugar. Le fastidiaba no controlar situaciones. - Bájame!.- pidió enfadado, intentando que no se le escapara alguna risa que otra.

- Y dame la varita.- dice de nuevo, enfatizando cada palabra. - Lovecraft!.- la llama, mucho más serio.

Vale gruñón,cmo quieras-rueda los ojos,dejandolo caer de golpe.Se quita la varita de en medio para darsela.Esa sin duda,no seria la última vez que lo molestaria.

Cae al suelo con un golpe seco, se queja, simplemente por llamar la atención. Se mueve en el suelo retorciéndose un rato y luego se levanta, limpiándose el uniforma del colegio, arrogante de por si.

- Graciaaas.- canturrea mientras extiende la mano, dispuesto a coger su varita. - No puedes bromear con ninguna de mis dos varitas, son sagradas para mí y para todo ser viviente.- dijo, arrogante. - Lo que dice Eph, va a misa...

Si misa misa,lo que tu diga machito-le da la varita-bien que casi llorasa,y me debes otra por sacarte de lli,no lo olvides-se cruza de brazos otra vez,apoyada contra la pared.

Comenzó a jugar con un mechón de su cabello,desviando sus pensamientos lejos, a Beauxbatons.Se preguntaba como estarian todas las muñequitas de alli..

- Soy gran actor preciosa.- dice, acomodándose mejor el uniforme. - MOLO.- termina por afirmar, mientras observa de un lado a otro, en busca de algún profesor que le pudiera joder la escapada. Sonríe al ver que no hay ninguno por allí, y niega volviendo a observarla.

- Si, creo que te debo como mil cosas ya?- dice, girando un poco la cabeza, entrecerrando los ojos.

Asiente,afirmativamente-asi es..y creo que es hora de que pagues la deuda-se acerca a el,peligrosamente,sin dejar de sonreir de lado.
Le toma por el cuello de la camisa,empujandolo hacia atras,de nuevo adentro del despacho del celador.

Las ideas mas pervertidas surcan ahora su cabeza.

No puede evitar reír ante el último comentario de ella. Se deja llevar por ella dentro del despacho, dispuesto a cualquier cosa.

- Qué piensas hacer Ail?- le preguntó con diversión, dejando escapar alguna que otra risa tranquila y divertida.

Cerró la puerta tras ellos-de todo-respondió misteriosamente,o tal vez no tanto.Se acercó a el y lo tomó por la nuca,atrayendolo hacia ella para besarlo.
Ella solo jugaba,pero iba a aprovechar.De momento,le besó tranquila,hasta podria decirse que,cariñosa.

Hacía tiempo que el chico no llegaba a tanto con una chica; con una chica que le atrajera de verdad. Sintió aquel primer beso que para él no fue más que tranquilo, sin ninguna otra intención aparente, aunque sabía por lengua de ella que aquello no llegaría a ser tierno.

El chico la había rechazado, por orgullo y por algún que otro tema más, dos veces. Pero, a la tercera va la vencida. Así pues el chico la observo con tranquilidad, durante un par de segundos, a la tenue luz que había en aquel antro tan pequeño e inhabitado.

Acercó sus labios a los de ella hasta besarla, dejando ambas manos en las caderas de la rubia.

No peude evitar sonreir,de contenta y por orgullo.Con ambos brazos alrededor de su cuello,profundiza aquel,primer beso,por asi decirlo.
Pero claro,jamás se puede fiarse de una Lovecraft.

Poco a poco,fue incrementando la intensidad con la que le besaba,enredando sus dedos en su cabello.Al parecer,se habia decidido a aprvechar a toda costa,porque tal vez,era el momento indicado para aquello..nunca se sabe si habrá otra oportunidad.
Mordió su labio inferior,juguetona.

Se había enfadado consigo mismo. Cómo demonios había caído al final en la tentación? Las dos anteriores veces había conseguido "librarse" más o menos intacto, pero ya se sabe, a la tercera va la vencida y sin duda, aquello en aquel momento era una realidad.

El chico disfrutó de los labios de su amiga y de todo ella, siendo una Lovecraft aquello duraría quizás hoy y nunca más. De todas maneras no podía negarse a ella, imposible, había resistido demasiado. Desplazó sus manos desde la cadera de ella hasta adentrarse dentro de su ropa, acariciando la espalda de la rubia.

Siente como le muerde el labio y no puede más que sonreír, sintiendo como escalofríos de placer lo inundan, deseoso de pasar un tiempo junto a ella, solos, despertando su lado más animal y primitivo.